Pienso que la descripción de la obra del escritor, en el correo electrónico para el agente literario y quizás también dentro del documento de remisión del manuscrito, es en realidad un asunto de estrategia de ventas. Se trata de vendérsela al agente, para que él a su vez la venda a la casa editorial, para que a su turno la casa editorial la publique y la venda a los lectores. Después de todo escribimos para que nos lean, y eso implica publicar y vender lo que escribimos. Escribir sin el ánimo de ser leído se asemeja más a una catarsis en un diario íntimo que a la creación de una novela.
Todos los escritores tenemos una concepción general, comprehensiva, de nuestra obra. Sabemos cuál es la historia que terminamos contando, y sabemos también cuales de sus pasajes, o de sus momentos, se constituyen en los ejes alrededor de los cuales la historia evoluciona. También sabemos cuáles aspectos en ésa misma historia, en su estructura, o en su forma, reflejan mejor nuestro esfuerzo intelectual como escritores (nuestra brillantez). Sin embargo, expresar todo eso es un párrafo de cinco líneas de forma tal que el agente literario decida dedicar su tiempo a leer el manuscrito ( es decir, lo compre para ése primer momento), puede ser algo difícil porque en el fondo somos literatos o poetas, no profesionales de ventas. ¿Será
precisamente por eso que necesitamos un agente literario?
Lo que en el mundo de la mercadotecnia se conoce como proposición de ventas me ha sido muy útil como modelo para bosquejar la descripción de la novela. Típicamente una proposición de ventas debe incluir cuando menos tres ideas concretas: Qué cosa es el producto, cuáles son sus atributos y cual es el principal beneficio que ofrece. El orden de las frases no tiene mucha importancia, aunque conozco agentes que prefieren la descripción del producto primero.
El siguiente es un ejemplo que acabo de crear con base en las tres ideas claves que mencioné en el párrafo anterior:
“Es un relato acerca de una epidemia de ceguera que azota a todo un país. Poco a poco varias personas empiezan a experimentarla, hasta que se extiende por todas partes a pesar de los esfuerzo por contenerla. Los instintos más bajos del ser humano se manifestarán entonces con una fuerza que producirá espanto. El lector se preguntará cual hubiera sido su propia forma de proceder en caso de haber sido la única persona que no se contagió, mientras disfrutará la intriga que genera por sí mismo cada uno de los personajes”
¿Funciona?