EL ESCRITOR Y SU FACEBOOK

Si las redes sociales son una plataforma necesaria para que el autor publique y venda su obra, Facebook es el primer componente que merece ser estudiado. Me gustaría empezar por la distinción entre un perfil y una página de Facebook.  En Facebook, la principal diferencia entre un perfil y una página, es que en el perfil se tienen amigos, mientras que en la página se tienen seguidores o fans.

Esta diferencia marca, a mi modo de ver, la naturaleza de cada una de esas dos alternativas.

Tener amigos es algo que ocurre en la esfera personal del individuo. Se cuenta a los amigos aconteceres de la vida diaria, con ellos se comparten sentimientos, fiestas y tragedias, mudanzas y nacimientos. Se les quiere, se les cuenta, se les acompaña, se les brindan consejos y cervezas. Los amigos son una parte de la vida privada de las personas, aunque en el caso de Facebook esa vida privada es en realidad pública. Los familiares forman parte de la red de amigos de Facebook, incluyendo a la prima que vive en otra ciudad y quiere saber cómo luces con tu nuevo corte de cabello, a la tía que insiste en que debes bajar de peso y al hermano con el que te peleas y reconcilias a cada rato. Otra vez, se trata de un mundo personal.

Los seguidores o fans son aquellas personas que admiran tu trabajo. Los seguidores del escritor, en particular, son aquellos que se interesan en su dimensión intelectual y artística. Se han sentido conmovidos con su poesía, o se han identificado con sus personajes, o quieren saber más acerca de sus procesos creativos. Son admiradores, después de todo, y esto quiere decir que se han formado una imagen positiva acerca de ti y quisieran mantenerla. También quiere decir que quisieran saber más, esa es precisamente la razón por la que te siguen.

En Facebook se puede tener un perfil o una página o ambas. Las compañías y las marcas tienen páginas y las personas por lo general tienen perfiles. Sin embargo, para un autor la decisión de tener una página o un perfil, no es sencilla por muchísimas razones. Algunas tienen que ver con las características específicas de las páginas comparadas con las posibilidades de los perfiles, acerca de las cuáles escribiré mañana. Algunas otras tienen que ver con el volumen de la red social que el escritor pueda haber ya construido en su perfil de Facebook. Otras, con la disponibilidad de material para colocar en una o en otra.

En un mundo cada vez más exigente en todos los sentidos, algunos agentes literarios me han dicho que ellos quieren un autor que tenga una plataforma sólida en las redes sociales, pero que quieren estar seguros de que ésa misma persona no dedica demasiado tiempo a ellas porque de lo contrario no tendrá disponibilidad para concentrarse en escribir cosas nuevas.