GRACIAS AL LAGO Y A SUS HIJOS

Despierto cada mañana hacia la tres o cuatro, enciendo mi computador, y, desde mi almohada, escribo mis historias. La novela del momento avanza (acabo de terminar La fatalidad de la gallina), los cuentos emiten sus voces irónicas, los poemas me desafían, mi blog y mis colaboraciones literarias toman forma. Todo eso, mientras que a través de mi inmenso ventanal carente de disfraces (cortinas), el lago Michigan me mira. A veces está quieto y viejo, brilla como la superficie de un espejo en la que no me reflejo sino que me resbalo. Otras, me ofrece todo un mapamundi con sus cambios de colores, de texturas y de formas, aquí verde, luego azul verdoso, azul, gris, infinito. Puede lucir distante o propio, eso es algo que el propio lago decide.

Mientras lo miro, a mi espalda, otros como yo que quizás todavía duermen, dedicarán también una buena parte de su día, de su esfuerzo, de su intelecto, a la búsqueda de la palabra. Cómo un conjunto de moléculas en el punto máximo de su vibrancia, nosotros los hijos del lago, los poetas de Chicago, los narradores, los ensayistas, los dramaturgos, los periodistas, nos enfrentaremos a lo largo del día a los retos de las frases y de la semántica, y al mismo tiempo también estaremos organizando una mesa redonda aquí, un conversatorio allá, una presentación, una lectura. Somos la comunidad de escritores latinos de Chicago, una comunidad que ha producido alrededor de quince libros publicados en nuestro idioma, sin contar las antologías, las revistas y periódicos, en donde nuestras voces y nuestro pensamiento se hacen oír, claros, profundas o ligeros, siempre llenos de orgullo latino.

A esa comunidad a la que me enorgullezco de pertenecer, nuestro propia versión del boom, y a ese lago que le dio vida, agradezco con todo el corazón su compañía el pasado sábado en el Salón de Arte que organizó el artista y poeta Miguel López Lemus para presentar mi novela Fantasmas para noches largas.

Los Salones de Arte de Miguel López Lemus, se están convirtiendo en un punto privilegiado de encuentro cultural y social al mismo tiempo, íntimo, donde los escritores de Chicago nos reunimos a…ser amigos. Charlar, reírnos, tomarnos unos buenos vinos y darnos apoyo los unos a los otros. La velada del sábado, lo sabemos las cuarenta o más personas que asistimos, resultó muy especial porque algo que todos dimos, y recibimos, fue cariño. Gracias, amigos.

GRACIAS POR LEER Y COMPARTIR MI BLOG: 
http://www.florentinoletters.com

Martha Cecilia Rivera, Chicago, Abril 2014

8 thoughts on “GRACIAS AL LAGO Y A SUS HIJOS

Comments are closed.