INCERTIDUMBRE Y SOLAZ

De repente me tropiezo con Jean Paul Sarte* diciendo (escribiendo) que el escritor y su lector se enfrentan a un mismo futuro de maneras muy distintas. Para el escritor, el futuro es una página en blanco que se compone a medida que él escribe las palabras. Para el lector, el futuro está de antemano definido por esas mismas palabras y se encuentra tan lejos (o tan cerca) como tan solo pueden estarlo diez o doscientas páginas más.

Una de las cosas que. a mi manera de ver esto significa, es que lo se produce en cada una de las partes es completamente diferente. Escribir una novela es un proceso difícil que la mayor parte de las veces está cargado de angustia e incertidumbre. Para nosotros los escritores, la incertidumbre viene de andar cada paso a tientas, con los ojos venddos, sin saber qué será lo que el personaje nos revelará en el instante siguiente, junto con el temor de no saber si lo identificaremos correctamente, ni menos si nos será posible expresarlo como se merece. La angustia atravieza todo el proceso, y se expresa, entre otras, en las muchísimas veces que una novela se escribe y se re-escribe, se abandona y se retoma, se corrige, siempre con la inseguridad de si lo que se está escribiendo en realidad es ago que vale la pena.

El lector desde su lado encuentra solaz al leer eso que al escritor causó tanta angustia. Se entretiene, se deja absorber por la historia de tal forma que olvida las angustia propias que le depara su realidad de vida, se emociona, se sorprende, reflexiona sobre cosas que no piensa a diario…

Se trata, al fin y al cabo, de un dialogo en el que ambas partes emplean exactamente las mismas palabras pero ellas representan, para cada una, una cosa distinta.

* Jean Paul Sarte. Qué es Literatura, 1947