Kundera parece sostener que la introducción del propio punto de vista filosófico en la novela, no corresponde a un momento (un diálogo o unas cuantas frases del narrador omnisciente), sino que de alguna manera es la novela misma, donde los personajes y las situaciones lo expresan. Sin embargo, en sus obras se encuentran reflexiones filosóficas hasta cierto punto extensas. Transcribo un pequeño aparte de una entrevista a Milan Kundera relacionado con el tema (en “El Arte de la Novela”), y a continuación el ejemplo correspondiente:
“Pregunta: En el Ulises de Joyce, el monólogo interior atraviesa toda la novela, es la base de su construcción, el procedimiento dominante. ¿Es acaso la meditación filosófica la que desempeña ese papel en su caso?
Respuesta de Kundera: Encuentro impropio el término “filosófico”. La filosofía desarrolla su pensamiento en un espacio abstracto, sin personajes, sin situaciones.
Pregunta: Ud. comienza “La insoportable levedad del ser” con una reflexión sobre el eterno retorno de Nietzsche. ¿Qué es esto sino una meditación filosófica desarrolada en forma abstracta, sin personajes y sin situaciones?
Respuesta de Kundera: ¡Que va! Esta reflexión introduce directamente, desde la primera línea, la situación primordial de un personaje: Tomás; expresa su problema: la levedad de un mundo en el que no existe un eterno retorno”…
LA INSOPORTABLE LEVEDAD DEL SER
(Párrafos 1 – 3)
“La idea del eterno retorno es misteriosa y con ella Nietzsche dejó perplejos a los demás filósofos: ¡pensar que alguna vez haya de repetirse todo tal como lo hemos vivido va, y que incluso esa repetición haya de repetirse hasta el infinito! ¿Qué quiere decir ese mito demencial?
El mito del eterno retorno viene a decir, per negationem, que una vida que desaparece de una vez para siempre, que no retorna, es como una sombra, carece de peso, está muerta de antemano y, si ha sido horrorosa, bella, elevada, ese horror, esa elevación o esa belleza nada significan. No es necesario que los tengamos en cuenta, igual que una guerra entre dos Estados africanos en el siglo catorce que no cambió en nada la faz de la tierra, aunque en ella murieran, en medio de indecibles padecimientos, trescientos mil negros.
¿Cambia en algo la guerra entre dos Estados africanos si se repite incontables veces en un eterno retorno?”
GRACIAS POR LEER Y COMPARTIR MI BLOG: http://www.florentinoletters.com