La pasion es el componente más difícil, y a mi modo de ver el más importante, del “elevator pitch” de su novela. En una sola frase, el escritor debe transmitir la fuerza emocional que lo mantuvo a lo largo de horas y horas, meses, años, atado a sus personajes con sus historias, y ello de tal manera que impregne al lector, al editor potencial, al crítico literario.
No hay atajos ni, a mi modo de ver, forma de reemplazar este componente del “elevator pitch” por ningún otro. Al fin y al cabo, se trata de conectar a nivel emocional con esos otros, los lectores y los interlocutores, y la conexión emocional se da o no se da, no hay términos medios. No sobra recordar que es precisamente eso, lo emocional, la fuerza que en realidad mueve el mundo. Quien lo dude muy probablemente no estará leyendo esta nota porque este es un blog dirigido a novelistas, cuentistas y poetas, y esos son oficios en los que esa verdad fundamental se descubre pronto.
Mi única sugerencia sobre cómo desarrollar la frase que va a transmitir pasión cuando se está preparando el “elevator pitch”, es que el autor busque en su interior cuál fue el sentimiento predominante que le generó el personaje más importante de la novela, y/o el momento (pasaje, escena) culminantes, allí donde la historia hizo clímax, y trate de plasmarlo en una frase que asume que eso mismo experimentará el lector. A mí me funciona.
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