RECORDANDO A MAFALDA EN SUS CINCUENTA AÑOS: SUSANITA

Susanita, la amiga de Mafalda, fue creada por Quino como un elemento necesario para refrescar la estructura inicial de los personajes, que originalmente incluía solo a Mafalda, su mamá y su papá. Es una niña de la misma edad de Mafalda, quien desde ya tiene una meta completamente definida para su vida: conseguir un esposo rico y guapo para dedicarse a ser ama de casa sin otros ideales ni compromisos. En su personalidad predominan la envidia y el egoísmo, y en una chismosa de tiempo completo. Antagoniza con todos sus amigos y es poco (nada) dada a la reflexión acerca de sí misma. Algunas veces no parece ser muy inteligente.

Como personaje, es increíblemente poderoso porque refleja un lado humano oscuro pero todavía en ciernes (es una niña de seis años, después de todo), que parece atrapar al lector precisamente como espejo de lo que no se desea ser. Un gran valor de ese espejo es que eso que no se desea ser, en Susanita parece probable y próximo. La mayoría de las personas no desean ser un asesino despiadado, pero llegar a serlo es algo que parece poco probable al común de la gente. Ser una persona egoísta, de miras angostas y envidiosa es algo que tampoco se desea ser y Susanita recuerda que a allá se puede llegar en cualquier momento y sin ningún esfuerzo, como resultado de la vida diaria. Tremendo.

Otro aspecto de alto impacto del personaje, es que precisamente porque lo oscuro todavía es incipiente, genera sentimientos positivos. Llenarse de ternura por alguien egoísta, envidioso y chismoso es difícil en la vida real, pero Susanita despierta indulgencia todo el tiempo con sus frases, y de eso está hecha la ternura:

“Cuando se acabe la guerrilla ¿Tendremos pacecilla?”
“Amo a la Humanidad, lo que me revienta es la gente”.
“Mi esposo será alto, morocho y sin madre, y nunca nada se interpondrá entre nosotros”.

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Martha Cecilia Rivera, Chicago, Febrero 2014